Hoy, no se trata de una reflexión en sí. Se trata de algo que me ha hecho pensar. Antiguamente los intelectuales se reunían en cafés, para discutir temas de política u otros temas que eran actuales en aquella época. Se trataban incluso ideas, opiniones... También antiguamente eran los universitarios, los inconformistas, aquellos que llevaban a cabo las revoluciones. A pesar de que estos, al final, eran corrompidos y se transformaban en aquello contra lo que luchaban.
Hoy, tomando un café, como hacía Benito Pérez Galdós y otros muchísimos escritores, pensadores como Ortega y Gasset e incluso artistas de lo más variopinto; unos compañeros y yo, hemos tratado temas realmente impresionantes. Cosas que, antiguamente no se podían tratar con la censura, ahora no se pueden tratar dada la ignorancia, incultura, indiferencia o simplemente insuficiencia de pensamiento para hablar con seguridad de estos temas. Siempre que se habla de este modo, se acaba llegando a cosas tan lógicas que uno se pregunta ¿Por qué no hacerlo? Simplemente porque la gente carece de ese inconformismo que inicia las revoluciones, ahora solo se preocupan por si "la Belén Esteban" a vuelto con "el no se quién", o por esas "pirulas" que me metí en la "central". Nuestra sociedad esta totalmente podrida, se basa en el dinero, el poder y el mermar la inteligencia de la gente mediante cotilleos y programación basura. Pero también es cierto, que nuestra generación, bueno, parte de ella, se está movilizando. Estamos recuperando ese inconformismo, podemos cambiar el curso de donde vivimos. Pero claro, ¿Y si durante el camino nos perdemos?¿Y si llega alguien que nos quita todo por lo que hemos luchado?... Son preguntas absurdas, porque a eso yo os respondo "Prefiero morir de pie, que vivir de rodillas".
No se trata de una reflexión, tampoco de un manifiesto revolucionario... Se trata de la más poderosa arma de todas... una idea, sacada al aroma y el sabor de un café, un café a la antigua...
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