domingo, 2 de enero de 2011

Truth… Un poco más de mí…

            Hermano, hoy quería hablarte sobre un tema bastante curioso a la par que interesante, la falsedad. ¿Qué porque me interesa? Bueno, vivimos en un mundo en el cual los dirigentes políticos se basan en engaños para llegar a donde están. Son maestros de la hipocresía, virtuosos en el arte del engaño. Generalmente estos individuos tienen una gran carisma, aunque ya ni eso les hace falta para que nosotros, como borregos sin cerebro, les votemos y salgan elegidos. Pero hay otras muchas materias en las cuales la falsedad se hace notar. Por ejemplo, el Messenger y en general todas esas formas o redes de comunicación social. Sin embargo, no quería ponerme a debatir sobre los problemas de la falsedad en el mundo, sino que quería centrarme más en la razón de esa falsedad, el por qué.

            ¿En qué momento dejamos de creer en la verdad? ¿En qué momento la verdad dejo de ser uno de los mayores valores que se podía alcanzar?... Ambos sabemos que vivimos en un mundo hipócrita, que no significa que todo el mundo lo sea. Es más, tenemos tantas muestras de hipocresía a nuestro alrededor… Efectivamente a eso me refería, veo que me has captado rápido. ¿Por qué? ¿Por qué lo hizo de esa forma? ¿Por qué dañar a todo aquel que le rodeaba con el único fin de satisfacer sus impulsos? El estar engañando a alguien durante tanto tiempo, y mirándole a la cara… Sonriendo, conviviendo en la misma casa… Sinceramente me repugna. La falsedad, a mi parecer, procede de un inconformismo. Pero no inconformismo sano como el nuestro hermano, un inconformismo enfermizo, destructivo… Sí, generalmente este se desarrolla por algún trauma o porque simplemente la persona carece de moral. Moral, interesante palabra… realmente esa moral es la que procede de nuestra sociedad, como habrás observado en numerosas ocasiones, que hay diversas culturas que tienen como algo bien visto la poligamia. Sin embargo, bien sabes que aquí eso no está bien visto. Claro, nuestra moral se basa en nuestra cultura, en nuestro entorno… “Yo soy yo y mis circunstancias” Gran frase dicha por un gran filosofo español, Ortega y Gasset. Ya lo estudiarás, no te preocupes. El hecho de que nos veamos influidos por las costumbres o moral de nuestra cultura no significa que sea más o menos correcta que otra. Hermano, sabes que pienso que el ser humano es un animal social. No puede desarrollarse plenamente si no es con sus semejantes rodeándole. El individuo adoptará lo que considera correcto, desechará lo que no lo sea. ¿Una prueba?... Muy sencillo, un guitarrista evoluciona muchísimo más rápido en un grupo y dando clases, que haciéndolo por sí mismo, que el hecho de dar clases o estar en un grupo no quita el hacerlo por sí mismo. Claro que hay casos excepcionales, pero hablamos de la gente de a pie hermanito.

            Volviendo al hilo de la cuestión, ¿En qué momento ese inconformismo se volvió enfermizo? Como ya te he dicho antes, todo puede proceder de un trauma, o de algo, no precisamente malo, que ocurrió y que le hizo cambiar. De acuerdo me explicaré mejor. Generalmente ese cambio en el inconformismo, suele proceder de sentimientos bajos como la envidia, los celos, etc. En general, sentimientos negativos hacía alguien o hacia alguno mismo. El ejemplo más representativo de falsedad es la mentir. ¿Cómo definiría la mentira? Muy sencillo, un cáncer y una droga a la vez. Curioso ¿Verdad? De acuerdo te lo explicaré, un cáncer se vuelve más dañino conforme crece ¿no?, también sabes que cuanto más se desarrolle más peligroso se vuelve y más difícil de desaparecer se vuelve. Además cuanto más mientes más tiendes a mentir. Al final acabas encerrado en tu propio “Castillo” cimentado con mentiras, a cada cual más difícil de creer. Lo más peligroso de esto, es que luego es casi imposible salir y creas tu mundo imaginario, es realmente lamentable. Hablo con conocimiento porque yo he estado ahí, no he llegado hasta ese punto tan extremo, pero he estado. Si sales ves que la mentira es tan repulsiva como la pintan… es horrible el daño que puede causar, y aún más horrible las secuelas que deja. Te vuelves alguien poco creíble, la gente duda de ti constantemente. Y lo peor, es que puedes recaer. ¿Ves ahora mi comparación de antes?

            Antes no me costaba mentir, ahora casi ni puedo. Sin embargo, he de decirte que soy un gran mentiroso, créeme que no lo digo con orgullo. Personas contadas con los dedos de una mano son capaces de ver cuando miento. Obviamente cuando no hay nada demasiado evidente. Te vuelvo a repetir que no es algo para sentirse orgulloso, es uno de estos dones que nunca podrás usar, al igual que el que te comenté, el de ver el punto débil de una persona y a partir de ahí destruirla. Más que dones, son materias prohibidas. Si me conoces bien, que no lo dudo, sabrás que no soy una persona que se caracterice por su carácter rencoroso y vengativo. Sin embargo, hay ocasiones que sacan esos “dones” a relucir. Me conozco en parte, y sé lo que soy capaz de hacer, otra cosa es que lo haga. No me gusta hacer sufrir a la gente… Mira me acabas de recordar, el ejemplo que más pena o lastima, como quieras llamarlo, me da. Cuando una persona no es aceptada, tiende a fingir quien no es. Hermano, te digo que eso es lo peor que se puede hacer. Yo he tenido muchísimo miedo a no ser aceptado, de hecho creo que recordarás que me quedé el primer año que llegue al instituto de El Ejido, que me quedé 3 meses yo solo dando vueltas por lo que sería el patio. Ahora me rio, pero en aquel momento no estaba precisamente feliz. Tiendo a escoger muy selectivamente a la gente a la que acercarme, luego tengo la buena suerte de encontrar muy buenos amigos. No es que me guste estar solo, es más sabes que odio estar solo, pero tenía miedo a no ser aceptado. Mi caso es un caso extremo, no me acercaba a nadie por ese miedo, pero también porque no pensaba fingir quien no era. Sin embargo, hay gente que, sin más remedio, tiene que fingir ser alguien que realmente no es. ¿Con que fin? No encontrarse solo. Veras, nunca vas a estar solo… Siempre habrá un grupo de gente a tu alrededor, es lo bueno que tiene ser raro ¿No crees?, no tendremos muchos amigos… pero los que tenemos valen millones. Me estoy desviando otra vez del tema… No tengo remedio.

            Por mucho que alguien intente fingir ser quien no es… acabará saliendo su verdadera personalidad. Es como cuando intentas taponar una fuga de agua. Durante unos instantes lo consigues, pero al final el agua ejerce muchísimo presión y acabas cediendo. Es importante ser como uno es. Ahora hemos llegado al punto donde yo quería llegar. ¿La falsedad puede estar implícita en la personalidad de alguien? Estaríamos hablando de un mentiroso por naturaleza. Sería un ser realmente curioso ¿Verdad?... Pues no lo creas, una persona que domina la mentira, “un virtuoso del engaño”, es posiblemente la persona con más carisma que pueda haber. Estoy volviendo a ir por el camino de la política perdóname. El mundo de la mentira es como la droga, es fácil entrar pero difícil salir. Tampoco vayas con una verdad agresiva, no seas como yo que siempre dice lo que piensa incluso a riesgo de dañar a alguien. Como tengo yo por meta, aprende a encontrar el punto medio… el hecho de decir lo que piensas no te hace libre, pero sí el hecho de escoger aquello que piensas y decirlo. No te hablo de mentir, sino de callarte en las ocasiones en las cuales no es muy adecuado decir lo que piensas. Sabes bien que yo ahora mismo me encuentro en un dilema, sin embargo, no puedo hacer nada… Simplemente puedo esperar a ver cómo se desarrolla todo. Si esa persona me ha mentido, sinceramente me parece realmente… no encuentro una palabra para describirlo. Sin embargo también te digo que no le deseo ningún mal. Es más, me da lástima. No sé qué motivos le habrán llevado a hacerlo en el caso de que lo haya hecho, pero es realmente patético. ¿Con que finalidad? ¿Qué pretende conseguir? Es lamentable el ser engañado, pero el engañar… Todo esto me resulta tan retorcido que es difícil de creer. Pero la mente humana puede llegar a tantos extremos… una cosa tengo clara, y es una lección que debes aprender hermano. No te rebajes a su nivel, nunca. Si ella me ha mentido, hará mal para ella. Claro que a mí me daña, pero ahí está la diferencia entre uno mismo y el resto del mundo. Yo no busco el mal ajeno, por mucho mal que me hayan hecho a mí. Sabes que este sentimiento es nuevo en mí, ya que hasta hace poco pensaba constantemente en vengarme. ¿Oyes eso? Ha empezado “Como conocí a vuestra madre”, así que se acabó la conversación.

             ¿Una conclusión?... Verdad. Sácala tú mismo, ya te he proporcionado medios y casos. Ahora desarróllalo tú.

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